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La competencia no está hoy en lo establecido,
sino en lo que está por establecerse
Rodrigo Roblero asumió como gerente general del Depósito Central de Valores en abril de 2021, luego de 28 años en que Fernando Yáñez lideró la institución. En esta entrevista repasa lo que han sido estos primeros meses a cargo de la empresa, evalúa los cambios que vive el sector y describe los principales desafíos para el DCV.
“Que esté cambiando todo es una oportunidad gigantesca para nosotros. Hay que mirar y encontrar oportunidades en este proceso de grandes cambios estructurales”. Con esa visión como norte, Rodrigo Roblero lidera desde abril el Depósito Central de Valores. Han sido meses que han estado marcados por los últimos detalles del proyecto DCV Evolución y de conocer y conjugar la arista humana de la compañía con la empresarial. “El gran desafío es cómo juntar ambas. Sobre todo, cuando tienes tareas grandes, la pregunta es cómo creas equipos movilizadores”.
¿Qué significó asumir el liderazgo del DCV?
Claramente el periodo en que asumí la Gerencia General es muy desafiante, con cambios relevantes a nivel país y con una pandemia que no nos da tregua. Si bien la experiencia y conocimientos adquiridos en mis cargos anteriores en el DCV será un gran apoyo para mi nuevo cargo, he iniciado un proceso interno de cambio, de manera de liderar los desafíos de futuro que tenemos como empresa. El proceso de trasformación que estamos viviendo, no tan sólo es a nivel de plataforma tecnológica y de procesos, sino que estamos propiciando un cambio cultural. Sin duda que la capacidad de crear espacios de desarrollo e innovación serán fundamentales. Nuestros colaboradores, que son altamente comprometidos y profesionales, serán claves en este proceso de trasformación y de alineamiento con la estrategia que construimos entre todos en el año 2020, lineamientos que serán nuestra guía hasta el año 2024. Finalmente, hay que mencionar que el desafío de instalar un nuevo gobierno corporativo ha sido fundamental en el propósito de democratizar el proceso de toma de decisiones. Esto es un proceso, donde estamos avanzando y nos queda mucho por hacer aún.
¿Qué ha significado el liderar esta empresa en modalidad de teletrabajo?
Sin duda que esto es un tremendo desafío y es parte del cambio cultural que se suma como una nueva forma de concebir la forma de trabajar y de relacionarnos.
Durante los meses más álgidos de la Pandemia, la única voz humana (o más bien pseudo humana) que escuchaba aquí en la oficina fue la de la máquina que me tomaba la temperatura. Esto es una manera de reflejar que esta nueva forma de trabajo cambia objetivamente la forma de relacionarnos y comunicarnos. Liderar tiene mucho de comunicar de forma efectiva, por lo que es un tremendo reto y responsabilidad que tenemos como organización. No solo cambia la forma de trabajar operativamente, sino que tenemos que adaptarnos a una nueva dinámica de relacionamiento y de hacer empresa. ¿Cómo conectas de forma efectiva a todos quienes trabajamos en el DCV, a nuestros equipos, los afectos, las sensaciones, etc.? La tarea de hacer empresa bajo esta lógica implica una trasformación cultural importante y nuevas maneras de trabajo. En el DCV estamos en esto, y espero que logremos construir una nueva manera de trabajo que nos permita avanzar con los grandes desafíos que tenemos a futuro.
¿Qué desafíos vislumbra a futuro para el DCV?
Sin ninguna duda, el desafío más relevante que tenemos en el corto plazo es poner en producción la nueva plataforma tecnológica y luego estabilizarla. Este viaje que iniciamos ya casi 3 años está llegando a su fin. Este proyecto ha sido una “maratón", pero ya estamos a metros de llegar a la meta. Busco conectar a los equipos con esa imagen de cruzar la meta, de la felicidad que genera el decir que hemos cumplido y que hemos logrado algo grande. El proyecto DCV Evolución tiene impacto a nivel de mercado de capitales y estamos seguros de que la experiencia de nuestros clientes será muy superior y nos habilitará para nuevos negocios en el futuro.
Otro desafío importante es el proceso de transformación y mejora de los servicios de DCV Registros. Este negocio representa el 20% de los ingresos a nivel consolidado y ha crecido mucho durante el último tiempo. El proyecto que hemos denominado “Última milla” busca el desarrollo integral de este negocio, mejorando procesos, optimizando la forma de hacer las cosas y por cierto con una mejora sustancial para nuestros clientes.
¿Y en cuanto al entorno?
Finalmente, tenemos un fuerte propósito de buscar nuevos negocios para el DCV y sus filiales. En este proceso de cambio que está viviendo el mercado de capitales, creemos que puede ser una oportunidad para encontrar nuevos espacios y ofrecer nuevos servicios de valor agregado a nuestros actuales y potenciales clientes. Hoy, la competencia no está en lo establecido, sino en lo que está por establecerse. El modelo de negocio del mercado de capitales va a cambiar y ya está cambiando con la aparición de las Fintech como un actor relevante en el mercado de pagos y en otros ámbitos del que hacer de la industria financiera. Como DCV tenemos un firme propósito, que es crear valor para nuestros clientes, y por tanto tenemos que adecuarnos a esta realidad. Esto nos demanda flexibilidad y agilidad. Tenemos grandes oportunidades para el futuro y debemos trabajar duro para lograr capitalizarlas.
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