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El riesgo global de la evaluación realizada durante este año por la empresa Thomas Murray, ha situado al DCV en un nivel de bajo riesgo al obtener la calificación A+, por sobre el promedio del riesgo de los depósitos de América y sólo superado por Brasil dentro de América Latina, y por Canadá y Estados Unidos, en América del Norte.

 

La medición consideraba seis dimensiones de riesgo y en esta oportunidad se han sumado dos nuevas: Asset Commitment Risk y Governance and Transparency Risk (G&T Risk) . “Asset Commitment Risk” considera el riesgo involucrado por el tiempo en que los valores o el dinero es retenido hasta ser recibido por la contraparte. Por su parte, “Governance and Transparency Risk (G&T Risk)” refleja el riesgo de que un participante pueda incurrir en pérdida debido a que el DCV no actúe acorde a las leyes o regulaciones, o que no provea información completa o precisa de sus actividades o de las actividades del mercado de valores.

 

Estas dos nuevas evaluaciones han impactado en los resultados globales de la compañía, por lo que mantener la calificación A+ obtenida en 2011, ha significado importantes avances para el DCV.

 

La evaluación contempla una revisión global a los procesos, proyectos y entorno del DCV, incluidos reguladores y participantes, quienes a través de entrevistas entregan información para la evaluación global.

 

A partir de esta revisión es que se reconocen algunas fortalezas que los clientes mismos mencionan, como que ellos perciben que el equipo directivo del DCV cuenta con sólidos conocimientos y experiencia en el manejo del negocio. Asimismo, el hecho que el DCV sea una empresa fuertemente auditada, en lo interno y externo, además del Comité de Vigilancia -en que participan los mismos depositantes-, también se visualiza como algo positivo.

 

Por su parte, Thomas Murray destacó la separación de las responsabilidades de las áreas de riesgo y auditoría, ya que constituye un avance en las buenas prácticas internacionales y un aumento en la eficiencia de las áreas. Las sólidas políticas de manejo de riesgo, que incluyen los procesos críticos y no críticos, también constituyen un punto positivo.

 

De cara a los clientes la instauración de los comités de usuarios, en que participan clientes de diferentes gremios, da oportunidad de opinión respecto del servicio y sus necesidades.

 

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Importante relevancia significa también el completo y pionero plan de recuperación ante desastres que incluye dos centros de procesamiento separados al menos por 11 kilómetros y un tercero fuera de Chile.

 

Sin embargo, también se han detectado áreas de mejora, en los cuales el DCV asume un completo compromiso por una evolución y mejora continua. Entre estas áreas, se mencionan los aspectos relacionados al bloqueo de valores, por varias horas durante un día, en transacciones OTC, o por cortos períodos en transacciones en bolsa, limitando la liquidez de los participantes. Este punto tiene especial validez a partir de esta medición ya que antes no se consideraba como una dimensión de riesgo. Hoy, al incorporar el “Asset Commitment Risk” comienza a ser observado. Además, se menciona la limitante de no tener facilidades de liquidez para transacciones internacionales, donde los participantes deben tener fondos en sus cuentas un día antes de la liquidación, situación para la que el DCV está explorando una solución para los clientes del Servicio de Custodia Internacional. A nivel internacional se identifica como una debilidad el hecho que el DCV no se comunique completamente por mensajería Swift disminuyendo el STP (Straight Through Processing, por sus siglas en inglés) de cara a los clientes.

 

También están los aspectos relacionados con la legislación actual, que obliga a la existencia de procesos principalmente manuales en DCV Registros, esto es, manejo de documentos físicos en diversos procesos relacionados a eventos corporativos, lo que no permite automatizar todos los procesos.

 

En lo relacionado a los planes de continuidad, se pide ir más allá y contemplar situaciones que alternen las oficinas de trabajo por un período prolongado, por ejemplo seis meses, situación que no es abordada hoy en los planes existentes.

 

Finalmente, se señala que los sistemas del DCV son antiguos, complejos y costosos de mantener, sin embargo, se reconoce el esfuerzo y trabajo que el DCV está desarrollando en esta materia a través de su proyecto DCV Evolución; los resultados de este trabajo no se verán reflejados en la evaluación hasta que esté totalmente finalizado.

 

Algunas de las debilidades están, sin duda, relacionadas a la actual regulación y otras a aspectos en los que el DCV ya está trabajando. Todas representan un desafío de superación y un compromiso de seguir avanzando en la aplicación de las mejores prácticas internacionales.

 

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