Cada vez más, nuevas exigencias elevan los estándares de gestión de riesgos en el mercado financiero, por ello, el DCV se suma a esta tendencia global potenciando la gestión y mejores prácticas.
A partir del 1 de febrero de 2025 entraron en vigor las nuevas normas 509 y 510 de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), las cuales buscan fortalecer la gestión integral de riesgos y los gobiernos corporativos en diversas entidades del sector financiero.
En este contexto, el DCV ha trabajado activamente para garantizar una implementación temprana y eficiente de estas normativas, asegurando el cumplimiento de los nuevos estándares y fortaleciendo la confianza en el mercado.
Principales cambios y desafíos
La Norma 509 pone énfasis en un mayor involucramiento del directorio en la gestión de riesgos, estableciendo un catálogo de políticas mínimas y una estructura clara de tres líneas de defensa. Primera línea: dueños de procesos y servicios, segunda línea: gestión de riesgos, y una tercera línea: auditoría interna.
Por su parte, la Norma 510 se enfoca en seguridad de la información, ciberseguridad y gestión de incidentes operacionales, incorporando prácticas exigentes, como el marco de ciberseguridad NIST.
Ambas normativas amplían la visión de la gestión de riesgos y ponen énfasis en temas como el riesgo operacional en el gobierno corporativo, en los servicios externalizados y en la notificación de los incidentes operacionales. Además, establece roles que tienen que ser confirmados por el directorio como contraparte con la CMF para la notificación y la comunicación de cualquier incidente.
El compromiso del DCV
Desde la publicación de las normas, el DCV ha liderado un proceso de adaptación que incluye: revisión y actualización de políticas internas, alineadas con las nuevas exigencias, definición de un marco de riesgos, con 41 métricas fundamentales para el monitoreo constante y la aprobación de estos cambios por parte del directorio, asegurando así, su compromiso con la gestión.
En este sentido, Claudio Herrera, gerente de riesgo y cumplimiento, destacó que, “estas nuevas normativas fortalecen la transparencia y la seguridad del mercado financiero potenciando mejores prácticas, que sólo pueden generar resultados positivos. Que existan mayores exigencias, estandariza hacia arriba la gestión de riesgos y suma confianza en el mercado”.
Asimismo, el DCV ha participado en el proceso de consulta pública de la CMF, contribuyendo con observaciones y propuestas para la mejora de la regulación.
Para el DCV, esto implica un rol más activo en la supervisión de riesgos y en la alineación con las mejores prácticas internacionales. Con este enfoque, el DCV reafirma su compromiso con la seguridad, solidez y modernización del sistema financiero, posicionándose como un actor robusto en la evolución del mercado.
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