Si repasamos la historia del mercado de valores de nuestro país, podemos decir con orgullo que el DCV ha sido de las instituciones protagonistas en su proceso de modernización. Varios son los factores que nos han permitido alcanzar con éxito tan importante desafío, dentro de los cuales destacan la innovación constante y mejora continua de cada uno de nuestros procesos, la incorporación de tecnología de punta, el cumplimiento estricto de la regulación y la adopción de altos estándares internacionales.

Sin embargo, la clave principal para el fortalecimiento y consolidación del DCV a través de los años, ha sido actuar en consecuencia con los principios éticos y valores corporativos, situando la ética en el centro de todas nuestras acciones. Estos sólidos cimientos nos han permitido actuar en escenarios cada vez más exigentes y globalizados, contando con la confianza del mercado y de nuestros depositantes y emisores.

En el DCV tenemos una identidad corporativa, una “personalidad ética”, que se encuentra definida por los valores que conforman el sello distintivo con que buscamos ser reconocidos por el mercado y nuestros clientes, siendo esto el eje central de las relaciones que establecemos.

Para el DCV es muy importante que todas las entidades con las que nos relacionamos conozcan esta identidad y den fe del cumplimiento de ellas ante la sociedad.

Con todo, son las personas las que en el DCV están comprometidas con el cumplimiento de estos valores, así lo demuestra el Manual de Ética que establece los principios y conductas básicas de comportamiento al momento de hacer negocios, que los identifica como empresa y otorga sentido de pertenencia a ella.

Sandra Valenzuela, Gerente Gestión de Personas, señala; “Al conocer y aplicar en nuestra actuación profesional diaria, los principios y conductas contenidos en el Manual, tendremos la tranquilidad y confianza de estar actuando de manera apropiada y consistente con la cultura de negocios del DCV. Actuar con integridad es más que proteger la imagen y la reputación de nuestra empresa, o evitarle problemas legales, es también mantener un lugar donde todos estemos orgullosos de trabajar. En última instancia, se trata de que cada uno de nosotros estemos conscientes de que hacemos lo correcto.

Sin duda este manual será la hoja de ruta que conduzca la forma en que nos relacionamos con accionistas, colaboradores, reguladores, clientes y proveedores, logrando la confianza en nuestra gestión. Es nuestro propósito que el mercado nos distinga por la transparencia y consistencia en la conducta de negocios, y seamos reconocidos como personas que alcanzamos los objetivos de manera justa y respetuosa”.

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