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Con más de 20 años de historia, RiskAmerica es uno de los casos más exitosos de emprendimiento académico en el sector financiero chileno. Su adquisición por parte del DCV, representa un nuevo ciclo de expansión.
Nacida el año 2000 desde la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica, RiskAmerica se construyó sobre una base rigurosa de modelos estadísticos, financieros y matemáticos. Su primer tiempo estuvo marcado por el diseño del servicio y los modelos de valorización, en una etapa más artesanal, con limitaciones tecnológicas pero una propuesta innovadora para el mercado chileno.

La historia de RiskAmerica es también una historia de perseverancia académica convertida en impacto real. Nació gracias al trabajo de Gonzalo Cortázar, Nicolás Majluf y Eduardo Schwartz en un proyecto FONDEF, es uno de los pocos casos en que la investigación universitaria derivó en una empresa de éxito sostenido. Tras años de desarrollo técnico y perfeccionamiento, la empresa obtuvo su primer contrato relevante en 2006 con la Asociación de Fondos Mutuos, que buscaba un servicio de valoración objetiva y externa de instrumentos financieros.

Desde la mirada de su fundador, Gonzalo Cortázar, el mayor desafío inicial fue adaptar modelos académicos a un mercado de baja liquidez como el chileno y ganar la confianza de la industria, “para superar esa desconfianza fue clave ofrecer una valorización objetiva y reducir la asimetría de información”, señala. Hoy, respecto del futuro de su emprendimiento universitario, espera que el respaldo del DCV, ayude a proyectar un mayor vínculo entre universidad y mercado, para así impulsar nuevas innovaciones.

A lo largo de su historia, RiskAmerica ha sido reconocida no sólo por su rigurosidad metodológica, sino por la calidad sobresaliente de su equipo, integrado por alumnos y profesionales de excelencia formados en la Escuela de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Para sus fundadores, el capital humano es su principal activo, y base de su capacidad de innovación, reflejada en desarrollos como la plataforma para la administración (backoffice) de fondos “Backbone”.
El segundo tiempo de RiskAmerica vino con su modernización tecnológica, el desarrollo de un sitio web robusto, APIs y herramientas digitales que convirtieron su servicio en un estándar para el mercado. Esta evolución permitió que sus sofisticados modelos de valorización –claves para activos poco líquidos como la renta fija– pudieran ser utilizados con eficiencia por distintos perfiles de usuarios del sistema financiero.

Hoy, en esta nueva etapa junto al Depósito Central de Valores (DCV), RiskAmerica proyecta su crecimiento, y fortaleciendo tanto la seguridad como la institucionalidad de sus procesos. Esta relación busca consolidar lo mejor de ambos mundos, la agilidad y creatividad propias de una startup, con el respaldo y la solidez de una entidad reconocida del sistema financiero chileno.
En ese sentido, según Ignacio Badilla, gerente general de RiskAmerica, “la gran fortaleza de RiskAmerica está en la combinación de una metodología rigurosa con un ecosistema tecnológico versátil y enfocado en el usuario. Nuestro espíritu emprendedor es parte de nuestro ADN, y esa esencia queremos mantenerla viva mientras damos este gran salto junto al DCV”.

Por su parte, Guillermo Tagle, presidente del Directorio del DCV planteó que «RiskAmerica ha sido por años una fuente confiable de información para el mercado. Fundada por profesores de la Universidad Católica con el objetivo inicial de contribuir a la investigación, se transformó con el tiempo en una empresa clave para valorizar activos financieros en Chile. Su origen académico le dio un sello de rigurosidad y neutralidad que ha sido esencial para su legitimidad.»

La adquisición de RiskAmerica abre nuevas posibilidades de creación y expansión de servicios para el DCV, pero también, de desarrollo tecnológico y fortalecimiento para el ecosistema financiero nacional.
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