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El Depósito Central de Valores (DCV), institución clave en el funcionamiento del mercado financiero chileno, será uno de los actores fundamentales en la implementación operativa de la Reforma de Pensiones de 2025, el mayor rediseño del sistema previsional en más de cuatro décadas.

Desde su creación en 1993, el DCV ha contribuido a fortalecer la confianza y trazabilidad de los instrumentos financieros del país. Su labor ha sido esencial en la modernización del mercado nacional, liderando hitos como la desmaterialización de valores y la transición a plataformas electrónicas que hoy sustentan las operaciones de bancos, AFP, AGF, corredoras y fondos de inversión. Hoy con el nuevo sistema de pensiones, el DCV enfrenta un nuevo desafío con propósito país: administrar registros asociados directamente a millones de afiliados.

La Reforma de Pensiones, establece un sistema mixto que combina cuentas individuales con un nuevo componente solidario. Este será financiado mediante una cotización adicional del 7% a cargo del empleador, de la cual un 2,5% se destinará al Fondo Autónomo de Protección Previsional (FAPP), entidad presidida por Enrique Marshall.

“La participación del DCV da certeza a los afiliados de que ese pasivo que está contrayendo el Fondo (FAPP) con cada uno de ellos tiene título ejecutivo, y por lo tanto, estará dentro de sus activos al momento de pensionarse”, explica Rodrigo Roblero, gerente general del DCV.

En este contexto, el DCV asume la responsabilidad de custodiar, registrar y administrar los Bonos de Seguridad Previsional (BSP) y los Bonos Amortizables (BA) emitidos por el FAPP, instrumentos que representan la deuda previsional que el Estado mantiene con cada trabajador. De esta forma, el DCV garantizará que cada bono esté debidamente respaldado y trazado, protegiendo los intereses de los afiliados ante el compromiso del Estado.

Además de su función de custodia, el DCV será el informante operativo del pago de los bonos, registrando la deuda, reflejando sus condiciones y controlando la ejecución de los pagos mensuales una vez que cada persona alcance su edad de jubilación.

En el ámbito tecnológico, el DCV aportará la infraestructura que permitirá la administración masiva y segura de los nuevos instrumentos previsionales. Basada en tecnología Nasdaq, la misma que sustenta su nueva plataforma de emisión y custodia de valores digitales, la plataforma permitirá procesar entre 5,5 y 7 millones de registros mensuales asociados a las cotizaciones que originan los BSP.

Paralelamente, equipos de profesionales del DCV participan activamente en mesas técnicas junto a la Superintendencia de Pensiones, el Ministerio de Hacienda y el FAPP, donde aportan su experiencia operativa para definir los procesos de emisión, custodia, registro y liquidación de los bonos previsionales. En palabras de Rodrigo Roblero, la compañía “actúa como aliado estratégico del sistema previsional con un enfoque técnico y funcional”.

A través de este rol, el DCV se consolida como un pilar operativo del sistema previsional. Estos nuevos pasos implican una extensión natural de su quehacer —custodia, registro, liquidación— ahora aplicada a una escala inédita y directamente vinculada a la ciudadanía. Con esto, el Depósito Central de Valores reafirma su compromiso con el desarrollo del país, acompañando al Estado y al sistema financiero en uno de los cambios estructurales más relevantes de las últimas décadas.