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El nuevo programa de voluntariado busca construir una relación sostenida con el Hogar José María Caro. A través de la educación y la recreación, la iniciativa apuesta por unimpacto real en la comunidad y en la cultura organizacional.

En el marco del aniversario del Depósito Central de Valores (DCV), se anunció el relanzamiento del programa de voluntariado corporativo, con un giro estratégico hacia la sostenibilidad y el compromiso a largo plazo. Esta nueva etapa se articula a través de una alianza con la Corporación de Menores Hogar José María Caro, ubicada en La Pintana, gestionada junto a la fundación Juntos por la Infancia.

A diferencia de experiencias anteriores, marcadas por acciones puntuales y de corto alcance, esta iniciativa busca establecer una vinculación constante, continua y permanente. El foco estará en dos pilares fundamentales, el desarrollo educacional y la recreación con sentido para niños, niñas y adolescentes que habitan en el hogar.

“La diferencia es que ahora no se trata de una campaña aislada. Lo que estamos construyendo es una estrategia de voluntariado de largo plazo, con objetivos claros, acciones planificadas y un propósito profundo. Queremos contribuir a transformar la vida de al menos un niño, y sabemos que esa meta también transforma la nuestra como organización”, explica Erika Barrios, líder de Cultura y Desarrollo Organizacional del DCV.

Durante el último año ya se han desarrollado actividades como campañas escolares, fiestas de Navidad, celebraciones del Día del Niño y campañas de invierno. El desafío ahora es consolidar un plan a tres años con acciones sistemáticas, incluyendo talleres educativos, apoyo a la inserción laboral y actividades recreativas que fomenten habilidades y vínculos afectivos en los menores del hogar.

“Tenemos la convicción de que nuestra contribución a la comunidad debe ser sostenida en el tiempo. No es sólo una acción solidaria: es una expresión concreta de nuestra cultura ética y nuestro compromiso con la sostenibilidad”, agrega Erika Barrios.

El voluntariado corporativo no sólo busca impactar positivamente en el hogar de menores, sino que también, fortalecer el sentido de pertenencia y propósito entre los colaboradores del DCV. Como sostiene Erika Barrios “los voluntarios que han participado han sentido que esto también contribuye a sus propias vidas. Es un cable a tierra, un espacio para conectarse con lo esencial”.

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